La joya de 117.000€ de la novia de CR7.

Flanqueado por dos mitos como Di Stefano y Eusebio, Cristiano Ronaldo (26) exhibe su blanquísima sonrisa. Cuarenta goles le han convertido en el máximo anotador de las grandes ligas europeas la pasada temporada y se muestra feliz con su reluciente bota de oro entre las manos. Los flashes capturan su gesto triunfante y sin embargo, los ojos de la concurrencia se dirigen hacia algo aún más brillante que el dorado trofeo: un gigantesco anillo de diamantes. El que luce su novia, la despampanante Irina Shayk (25), en el dedo anular. Sí, el mismo en el que suelen llevarse las alianzas. Ella, sentada junto a la madre del astro, le devuelve la acaramelada y radiante sonrisa. Hacen falta gafas de sol para soportar tanto brillo.

La idílica escena tuvo lugar el pasado viernes y desde entonces no han dejado de sucederse los rumores de que la boda entre el goleador merengue y la maniquí rusa es inminente. De hecho, un amigo del delantero ya ha puesto fecha para el enlace en el diario luso Correio da Manha. El 12 de julio, poco después de que termine la próxima Eurocopa, podría tener lugar el evento. Dolores Aveiro, la madre coraje del futbolista con quien tan buena sintonía mostraba la modelo durante la gala, quiere que la ceremonia tenga lugar en Funchal, Madeira, ciudad originaria del unido clan. A pesar de que Irina aún no tiene vestido nupcial, ha sido vista curioseando en Vera Wang.


El delantero le habría pedido la mano el pasado San Valentín en una escapada romántica en Nueva York. Allí pudo haber comprado a la exclusiva firma suiza de Grisogono ese anillo de diamantes que haría palidecer a la mismísima Liz Taylor. Una joya que hace juego con el brazalete y los pendientes que lucía la bella Irina en la gala. Todo el conjunto tiene un valor de algo más de 117.000 euros. Pecata minuta para el jugador, que cobra 13 millones al año, unos 36.111 euros al día.

En los diarios portugueses hasta se habla de un embarazo de la diva de la lencería y se apunta a una supuesta tripita que ella disimuló, quién sabe cómo, con su cortísimo traje. «Cristiano adora ser padre. Nada le haría más feliz que otro bebé. No creo que lo hayan planeado pero eso haría realidad el deseo de Irina de convertirse en madre», cuenta el amigo del crack madridista. Sin embargo, cuesta imaginar una barriguita en esa cintura mínima de 58 centímetros. Al menos, ésa es su medida oficial: 86,5-58-88. Una mujer pluscuamperfecta, vaya.

Si hacemos caso al indiscreto amigo de Ronaldo, la boda sería el punto culminante de un romance que empezó en primavera del año pasado y que ha sido capaz de superar duros momentos como la misteriosa paternidad del astro. «Ella es la chica a la que más ha querido Cristiano», dice una fuente muy próxima al jugador. Una sentencia que deja entrever la cantidad de chicas a las que ha querido el futbolista...

La relación entre CR7 y su amada modelo ha ido consolidándose poco a poco a base de los viajes relámpago que sus apretadas agendas les permiten, ya que Irina reside al otro lado del Atlántico. Otra joven no hubiera aguantado los celos de estar lejos de un hombre que se autodefine como «guapo y rico» y al que revolotean herederas como Paris Hilton. Sin embargo, el currículum sentimental de Irina ya estaba bien nutrido de nombres famosos. Hasta conocer al goleador, la modelo había salido con celebrities musicales del calibre del batería de Linkin Park, Rob Bourdon; el vocalista Tarkan, conocido como el príncipe turco del pop, y del rapero Ryan Leslie. El muy macarra Kanye West le dedicó una estrofa de una de sus canciones diciendo que le «pone a mil».

Pero a Irina Shaijlislamova (su auténtico nombre) no le impresionó ese mundo de sellos de oro y testosterona desbordante. Sus conocidos destacan una gran madurez a pesar de sus 25 primaveras. La muerte de su padre, un minero tártaro, por neumonía cuando ella sólo tenía 14 años supuso una buena bofetada de realidad. En aquellos tiempos, su madre tenía dos trabajos para poder sacar adelante a ella y a su hermana mayor en la pequeña localidad rusa de Yemanzhelinsk, en los Urales.

Afortunadamente para Irina, la belleza puede ser un arma tan efectiva como los Kalashnikov que se fabrican en su tierra. Un cuerpo de infarto y ganar un concurso de misses regionales a los 19 años fueron su pasaporte para ocupar la portada del celebérrimo calendario de trajes de baño de Sport Illustrated (ha sido la primera soviética en conseguirlo). De ahí, a la fama, convertirse en imagen de marcas de lencería y vivir, junto a su perro, en un apartamento del West Village neoyoquino de casi dos millones de euros.

Aunque no todo ha sido un camino de rosas hacia el Olimpo de las bellezas húmedas. El prestigioso fotógrafo Vicent Peters, autor de la polémica sesión de fotos para GQ España recordó su primer trabajo juntos en la ya célebre sesión. «Irina era muy joven, Peters le tiró un vaso de agua a la cara. Ella se molestó muchísimo con el fotógrafo y él le respondió: 'Si quieres ser modelo, tienes que ser simpática para conquistar a la gente y la cámara'. Es una lección que se le quedó grabada. Ahora, es muy maja y profesional. Siempre de buen humor». La anécdota corre a cargo del periodista Javier Angulo, ex director de GQ España, quien afirma que la modelo nunca llegó a demandar a la revista por, supuestamente, haberla desnudado con Photoshop. «El problema fue con su agencia, no con ella. Irina estuvo muy descarada ante la cámara». Incluso regaló varias polaroids con su desnudo. Una desenvoltura que le vendrá muy bien este verano, si finalmente se confirma la noticia de su boda.

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